Mi mamá siempre decía, “La oscuridad nunca conquistara la luz.” Al mirar el mundo hoy en dia, las cosas parecen oscuras si no buscamos la luz. Covid-19 ha hecho más que enfermar algunos y causar la muerte de otros. Ha puesto a familias en crisis. Hay quienes lloran por un ser querido. Otros se preocupan por un pariente anciano en un asilo de ancianos adonde no se permiten visitas. Esposos y esposas pasan horas esperando, rezando y dudando si su ser querido podrá desconectarse del respirador. Los pacientes fatigan a respirar. Sus cuerpos duelen. Pierden el sentido del sabor y hasta del olor. La tos sin fin no les permite una noche de descanso. También debemos considerar como el virus ha impactado la vida de los profesionales de la salud. Ellos siguen siendo seres humanos. Muchos tienen a seres queridos, incluyendo esposo/a, padres, hijos. Luego de entrar a la facultad de enfermería o de medicina, no imaginaron un día estar “en las trincheras”. Esas cosas ocurren al entrar en las fuerzas armadas, no en el campo de la sanidad.
Sabían que pasarían largos días de pie, mas no sabían que deberían asistirmás de diez pacientes. Había temor limitado de llevarse a casa un virus que podría tomar la vida de un ser querido. Al seguir enfermándose enfermeros/as, doctores, tecnicos, y otros profesionales de la salud, el trabajo se volvió aún más pesado. En vez de turnos de 12 horas, hay muchos que han tenido que poner turnos de 18 horas. Sin embargo, estas personas tienen esposo/a, hijos, padres, hasta mascotas, esperando por sus cuidados. Cuando un ser querido es un paciente en el hospital, un residente de un asilo de ancianos en cierre de emergencia, un enfermero/a, médico, o técnico, uno no siempre puede tener una noche de descanso, debido al estar constantemente preocupado. Además, la pérdida de ingresos de muchos trabajadores les ha obligado a estrechar sus recursos más allá de lo posible. Al estar negocios en cierre de emergencia, hay personas reales en sus casas, pagando boletas y comprando alimentos, sin tener la menor idea de cuando podrán regresar a su trabajo, y traer nuevamente un sueldo a la casa. Personas que trabajaron duro toda su vida para abrir una pequeña tienda ahora están pagando boletas sin tener ingresos.
También está el asunto de la violencia, los saqueos, y las confrontaciones en las calles. No olvidemos que esta fue una de las temporadas de huracanes más activas en décadas, y que los incendios han dejado a miles de personas sin techo. Ni han tomado vacación el terrorismo y las muestras confrontativas de poderío militar.
Las personas se preguntan: “adonde está Dios en todo esto? Si Dios es tan bueno y misericordioso, porque hay tantas personas sufriendo? De veras la oración produce resultados?” Hay quienes están enojados con Dios. Se sienten abandonados.
Dada la situación en el mundo de hoy, es muy natural cuestionar nuestra fe. Dios no se molesta por nuestras dudas ni enojo.
Hallamos respuestas a nuestras preguntas de fe al reflexionar sobre la vida de mujeres y hombres de fe como: San Maximiliano Maria Kolbe, quien murió en un campo de concentración para salvar la vida de un hombre de familia; Santa Teresa de Calcuta, quien dejo su casa a los 18 años para ser misionera en uno de los países más pobres del mundo.
También están esposos/as y padres como San Gianna Beretta Molla, quien escogió dar su vida antes que abortar su hijo prenacido. Ella falleció luego de dar a luz a una niña.
Hablando de personas de gran fe, no puedo olvidar lo que nuestra Santísima Madre le dijo a San Bernardita de Lourdes, quien se hallaba en su lecho de muerte a los 35 años de edad debido a una dolorosa enfermedad de los huesos:
No puedo prometerte la felicidad en esta vida, sólo en la siguiente.
Jesucristo nunca nos prometió que la vida en este mundo sería sin sufrimiento, sin dolor. Al entrar en la Temporada de Navidad, debemos de reflexionar sobreel hecho de que el Hijo de Dios nació con una recompensa sobre su vida. Herodes buscaba asesinar al pequeño. Sus padres debieron huir a Egipto. A pesar de la amenaza de infanticidio y luego de la ejecucion en la cruz, Dios escogió nacer en un mundo que no le ofrecia inmunidad del sufrimiento y de la pérdida.
Dios escogió nacer en un mundo lleno de sufrimientos y perdidas. Navego por el mundo siempre recordando de que nada es imposible para el Padre. No olvidemos jamás que Dios trajo luz en el mundo en un establo de Belén – y luego nuevamente en la resurrección.
La Navidad es la conmemoración de aquel momento en el que Dios entro a la fuerza en la oscuridad de la humanidad para traer la luz de la fe, la esperanza y la caridad. Tambien es un tiempo de anticipación. Jesucristo prometió que Él volvería para juzgar a vivos y los muertos. Volverá para arrojar luz sobre nuestros pecados y actos de amor.
Jesucristo dijo que el acto más grande de amor que alguien pueda hacer, es dar su vida por su próximo.
Caos, miedo, conflictos y confusión que experimentamos pueden ser momentos de luz si alcanzamos a quienes sufren. No debemos necesariamente de darles algo. Los pastores que visitaron a la Sagrada Familia no traían regalos. Eran pobres. Sin embargo, les ofrecieron el don más grande: apoyo, amor, y acompañamiento para una joven familia con dificultades.
Leave a Reply